Santiago el Apóstol

¿Quién era Santiago el Apóstol?

Santiago, el hijo de Zebedeo, fue llamado junto con este hermano Juan a ser uno de los doce apóstoles de Jesús que lo acompañarían en su ministerio. Santiago aparece en las listas de los apóstoles en los evangelios sinópticos así como en los Hechos. A Santiago y a su hermano Juan Jesús les puso el apodo de "Boanerges" (hijos del trueno); algunos creen que esto era una referencia a su temperamento.

Tiempo

Los textos evangélicos no ofrecen información sobre la edad de Santiago cuando se convirtió en uno de los discípulos de Jesús. Según Hechos, Santiago fue decapitado por Herodes Agripa I quien gobernó Palestina del 41 al 44 EC. Este es el único relato bíblico de uno de los apóstoles de Jesús siendo martirizado por sus actividades.

Ubicación

Santiago, como su hermano Juan, venía de un pueblo de pescadores a orillas del Mar de Galilea. Una referencia en Marcos a los "sirvientes asalariados" sugiere que su familia era relativamente próspera. Después de unirse al ministerio de Jesús, Santiago probablemente habría viajado por toda Palestina. Una tradición del siglo XVII dice que visitó España antes de su martirio y que su cuerpo fue llevado más tarde a Santiago de Compostela, que sigue siendo un santuario y un lugar de peregrinación.

Acciones

Santiago, junto con su hermano Juan, es representado en los evangelios como tal vez más importante que la mayoría de los otros apóstoles. Estuvo presente en la resurrección de la hija de Darío, en la transfiguración de Jesús y en el Huerto de Getsemaní antes de que Jesús fuera arrestado. Sin embargo, aparte de algunas referencias a él en el Nuevo Testamento, no tenemos información acerca de quién era Santiago ni de lo que hizo.

Importancia

Santiago era uno de los apóstoles que buscaba poder y autoridad por encima de los demás, algo por lo que Jesús le reprochó:
"Y Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, vinieron a él, diciendo: Maestro, queremos que hagas por nosotros lo que queramos. Y él les dijo: ¿Qué queréis que haga por vosotros? Ellos le dijeron:"Concédenos que nos sentemos, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu gloria". (Marcos 10: 35-40)

Dios debe aprender a ser

Jesús aprovecha esta ocasión para repetir su lección sobre cómo una persona que quiere ser "grande" en el reino de Dios debe aprender a ser "el más pequeño" aquí en la tierra, sirviendo a todos los demás y poniéndolos por delante de sus propias necesidades y deseos. No sólo son reprendidos Santiago y Juan por buscar su propia gloria, sino que los demás son reprendidos por estar celosos de esto.
Esta es una de las pocas ocasiones en las que se registra que Jesús tiene mucho que decir sobre el poder político. En su mayor parte, se aferra a cuestiones religiosas. En el capítulo 8 habló en contra de ser tentado por la "levadura de los fariseos... y de la levadura de Herodes", pero cuando se trata de detalles siempre se ha centrado en los problemas con los fariseos.